Por un lado, los expertos están observando cómo el calentamiento de los océanos está ofreciendo “más combustible” para que los huracanes se formen, dando como resultado temporadas de huracanes en el Atlántico no solo con un mayor número de estos eventos, sino que además más destructivos. La temporada de este año, en este sentido, fue la tercera más activa registrada.
Por el otro lado, las diferencias de temperatura entre el Ecuador y los polos están disminuyendo, lo que está causando un debilitamiento o incluso una división en la corriente en chorro, abriendo una ventana en las latitudes medias para que se formen e intensifiquen los huracanes.
Si bien esto último se trata de una línea que todavía levanta mucha incertidumbre, los investigadores de las Universidad de Yale acaban de reafirmar la teoría con un estudio publicado en la revista Nature Geoscience en el que además afirman que durante el siglo XXI los huracanes se expandirán a latitudes medias, impactando en ciudades como Nueva York, Boston, Pekín y Tokio.
elagoradiario.com
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